Después del día tan intenso que habíamos tenido, decidimos no hacer ninguna excursión para no tener que coger el coche.
Después de desayunar iniciamos la visita a la ciudad.
Empezamos por el Duomo. El conjunto catedral, baptisterio y campanario (campanile) con vistas panorámicas, es impresionante. Para mi lo más bonito es: la catedral por fuera, su estilo arquitectónico no tiene nada que ver con nuestras catedrales, de la misma época, y el baptisterio por dentro y por fuera. Por fuera sobre todo sus puertas de bronce, la más bonita es la conocida Porta del Paraiso.
Desde allí fuimos a la Galleria dell´Academia pero como teníamos que esperar dos horas en la cola decidimos continuar y hacer la reserva desde el hotel para otro día.
Cerca de allí visitamos San Lorenzo y las Capelle Medicee, mausoleo familiar de la familia Medici, obra de Miguel Angel.
Paseando por el mercadillo de los alrededores llegamos al Mercado Central donde tomamos un aperitivo en uno de los puestos de la entrada, seguimos hasta Mario una tratoria pequeña que nos habían recomendado. Muy bien calidad-precio.
Después de comer y un café en la plaza continuamos la actividad turística.
En la Plaza de la Señoria visitamos el Palazzo Vecchio. No merece la pena. Lo más bonito es el Patio que está siempre abierto y se puede visitar sin pagar. De esta visita lo que más me llamó la atención fue la Sala de los Mapas del siglo XV. En el mapa de España ya aparecía Benidorm y no estaban otras ciudades costeras que yo creía, que en esa época, eran más importantes.
Dejamos los museos y siguiendo por Via Porta Rossa, llena de tiendas, llegamos a Via Tornabuoni donde se encuentran las tiendas de firma más conocidas. Llegamos hasta la tienda de Salvatore Ferragamo con intención de visitar el Museo pero ya habían cerrado.
Decidimos volver al hotel a cenar y descansar el día había sido muy intenso.
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