lunes, 16 de agosto de 2010

grupo tragaluz

Leyendo YO DONA, el magazine de EL MUNDO, me ha llamado la atención la entrevista que le hacen a ROSA ESTEVA fundadora y propietaria, junto con sus hijos del GRUPO TRAGALUZ, que tiene 16 restaurantes y el hotel OMM de Barcelona.

Al divorciarse, con 40 años y cuatro hijos, pensó en montar un lugar en el que una mujer se sintiera bien yendo sola.

A sus hijos desde niños les ha inculcado el valor del trabajo no como condena sino como placer, como camino hacia lo que uno desea.

Empezó con un bar de bocadillos en el que ella hacía y enseñó, hace ya 22 años, a hacer bocadillos, organizar basura, poner lavaplatos... y ahora tiene 650 empleados.

Su filosofía es crear lugares para el placer atendiendo lo que el entorno y el espacio le inspiren.
Cada negocio, cada local tienen su propia alma, todos diferentes, cada uno su personalidad distinguida. Lo que más le molesta a los TRAGALUZ es que se les confunda con una cadena.

Acaba de llegar de Brasil donde le han propuesto abrir negocio, allí no ponen tantas trabas como aquí. Dice que en Barcelona es más fácil que un chino monte su restaurante, que abrir un local de diseño de los que después dan nombra a la ciudad.

El grupo sigue creciendo y está montando tres restaurantes más.

Transcribo textualmente alguna de sus frases: "Sólo crecemos por ilusión, porque no sabemos hacer las cosas de otro modo que poniéndoles sentimiento; pero el motivo no es ganar más (dinero, poder)" "Sospecho que a la gente le gusta el alma que ponemos en las cosas"

Esteva madre e hijos, han conseguido no sólo 13 formas diferentes de contagiar su ilusión sino que se han convertido en referente vital en Barcelona, Costa Brava, Madrid...

Este espíritu es el que debería empezar a aflorar en la sociedad para reactivar la economía y poder crecer, pero como dice Rosa Esteva tal vez las trabas burocráticas asfixian las iniciativas.

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