miércoles, 21 de julio de 2010

los retranqueos

Al pasear por Benidorm podemos observar que la naturaleza ha sido extremadamente generosa regalándonos un marco natural incomparable, sin embargo, esta belleza natural se ve afeada por la imagen cutre que observan muchos comercios.

Muchas tiendas amplían sus dimensiones al ocupar los retranqueos.

En principio esto está bien porque parece ser que es una infracción urbanística consentida, está misma ocupación la hacen las cafeterías cerrando la terraza (convirtiéndose en un local dos o tres veces mayor).

Lo que no me parece aceptable es que las tiendas ocupen estos espacios de retranqueo con prendas colgando, con carros movibles con todo apilado, como si fuera un mercadillo. Las tiendas son tiendas y los mercadillos están en espacios para mercadillos.

Creo que el Ayuntamiento debería tomar las medidas necesarias y obligar a los comercios a que tengan escaparates y puertas.

¿No es bueno dar imagen de ciudad cuidada y bonita si vendemos imagen? Tal vez estoy equivocada y estamos vendiendo otro cosa...

Entiendo que las medidas que se tomen para resolver esta situación son complicadas y demuestra gran valentía y cariño a su pueblo por parte de quien las adopte.

Quitar un derecho consentido en el tiempo, aunque la ley no lo contemple, es difícil y antipopular, resta votos.

Pero creo que el objetivo final no debe ser solo sumar votos, considero que la coherencia, el compromiso y cumplir las promesas electorales deben estar por encima de los votos, puesto que, todo ello nos da idea de la talla personal de quien nos gobierna.

Espero que algún día llegará la persona que cumpla lo que siempre repiten los políticos: "hacer lo mejor para su pueblo", el político pasará pero nuestro pueblo perdurará en el tiempo y debemos invertir lo mejor en él. Es una empresa común que debe estar por encima de los intereses políticos.

Benidorm es nuestro presente y futuro.

1 comentario:

  1. El hotel Les Dunes, propiedad del suegro del portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, y a su vez senador, Miguel Barceló, cerró de forma ilegal una superficie de 212 metros cuadrados en el establecimiento, ubicado en primera línea de la playa de Levante. El Consistorio -del que Zaplana fue alcalde entre 1991 y 1994- le abrió un expediente infractor en 2003 que derivó un año después a la imposición de una multa de 14.150,13 euros, al vulnerar las ordenanzas municipales por colocar la estructura metálica. El siguiente paso marcado por la ley es el del derribo y restitución de la situación, algo que, si se sigue el mismo procedimiento que hasta ahora, no sucederá. Los familiares del ex presidente de la Generalitat ya se beneficiaron de esta situación cuando en el año 2001 realizaron un cerramiento de techo rígido y colocaron aire acondicionado, cerrando la terraza que da al paseo de Levante. Han pasado más de cuatro años y ningún Gobierno local podrá actuar sobre esa construcción ilegal, porque el tiempo en el que era posible ha prescrito.
    La polémica por las infracciones saltó cuando el PSPV reveló que un expediente sancionador del hotel propiedad del primer teniente de Alcalde, Salvador Moll, del PP, estaba a punto de caducar con la permisividad del alcalde.

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