El gigante turístico que es Benidorm ha llegado a ser lo que es por el espíritu emprendedor que caracteriza a la gente de nuestro pueblo.
Desde sus inicios, cuando el turismo solo era propio de un grupo social minoritario, arriesgaron dinero y esfuerzo construyendo hoteles, bares, cafeterías, discotecas y espacios de ocio y esparcimiento.
Ha pasado el tiempo y hoy en día, a pesar de la crisis y de las dificultades económicas que atraviesa el país, se sigue invirtiendo.
El espíritu emprendedor no ha decaído, se hacen reformas para mejorar la planta hotelera y la calidad de las instalaciones, se crean nuevos negocios...
Deberíamos ser un ejemplo a seguir y recibir más ayudas de las instituciones, facilitándonos la actividad los organismos oficiales.
Invertir y emprender negocios o mejorarlos, es la mejor forma de activar la economía y acabar con el paro.
Si no se crea empresa no se acaba con el paro.
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