la amabilidad

Cuando viajas a otras ciudades aparece un criterio comparativo entre cómo te tratan y como tratamos a nuestros visitantes.

Existen ciudades europeas a las que no volveré por lo mal que me sentí, hablaré en otra ocasión, y ciudades a las que a pesar de haber estado más de una vez no me importaría volver.

Una de estas ciudades es Florencia.

En Florencia todo gira alrededor del turismo y conscientes de ello sus ciudadanos son encantadores, lo que favorece y hace más agradable la estancia.

Además de ser monumental tiene un magnífico comercio conviviendo perfectamente tiendas de marca con mercadillos diarios y te trata igual de bien el empleado del mercadillo que el de una tienda carísima, todos son muy amables.

Sin embargo, resulta cómico que aquí en Benidorm en tiendas como ZARA o similares, que son baratas, las empleadas sean poco atentas y antipáticas y sin embargo en tiendas caras, de las grandes ciudades, sean super simpáticos... muy profesionales.

Creo que una ciudad así que también vive del turismo debe ser referente para nosotros.

El turismo es el motor que mueve el engranaje de nuestra economía, por lo tanto, hay que cuidarlo y mimarlo para que nuestros visitantes sean asiduos y no cambien su destino vacacional.