sábado, 17 de julio de 2010

FLORENCIA

Viajar a ciudades donde el arte está por todas partes supone un deleite para los sentidos.

En Florencia abundan los palacios, iglesias, museos y grandes obras de arte. Todo en la ciudad es arte, hasta en las tiendas más pequeñas se observa el diseño en sus creaciones.

Su historia nos hace saber que allí vivieron grandes artistas y literatos como el poeta Dante Alighieri (Florencia 1265 – Rávena 1321), fue un poeta italiano, su obra maestra, la Divina Comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista; Boccaccio (1313-1375), poeta y humanista italiano, uno de los más grandes escritores de todos los tiempos se crio en Florencia en 1350, conoció al gran poeta y humanista Petrarca con el que mantuvo una estrecha amistad hasta la muerte de Petrarca en 1374, la obra más importante de Boccaccio es El Decamerón, también escribió una vida de Dante, con un comentario de la Divina Comedia.

Coincidiendo con el ascenso al poder del banquero y estadista, Cosme de Medici en 1434, se inicia un periodo especialmente fértil para el arte que desde Florencia se irradia por toda Europa dando forma el complejo proceso renacentista. Destacan
Vasari; Raffaello Sanzio (Urbino 1483-Roma 1520), Rafael llevó una vida de "nómada", trabajando en distintos lugares del norte de Italia, pero pasando una buena parte de su tiempo en Florencia, quizás desde el año 1504; Michelangelo Buonarroti (1475–1564), considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica; Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor,artista, científico, ingeniero, inventor, anatomista, escultor, arquitecto, urbanista, botánico, músico, poeta, filósofo y escritor, estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio.

Entre las grandes obras renacentitas que destacan en Florencia están: Santa María de Fiore de Brunelleschi, los frescos de Fra Angélico en el convento de San Marcos, la Puerta del Paraíso para el Baptisterio de Ghiberti, la cúpula de la Catedral, así como museos con infinidad de obras pictóticas y escultóricas de los artistas más grandes del Renacimiento.

De todo ello es fácil entender que viajar a Florencia supone un lujo para quienes sean sensibles a las obras de arte.

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