domingo, 7 de noviembre de 2010

urbanidad

Hace ya algunos años a los ancianos se les respetaba, sus opiniones eran muy valoradas y tenidas en consideración, pero esto es historia.

Hemos pasado a una sociedad en la que los mayores no sólo no se les valora teniendo en consideración sus opiniones como ocurría antiguamente, sino que la mayoría de las veces son una carga para los hijos, son viejos a los que hay que arrinconar como si se tratara de un mueble que ya no sirve.

Los viejos son un estorbo que hay que quitar de enmedio en el momento que dejan de ayudar y hay que dedicar tiempo para atenderles.

Hoy en día se vive el momento, nos hemos convertido en una sociedad hedonista con una gran dosis de individualismo, los demás cuentan poco.

Lo que vale es el YO, no el nosotros.

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