Los Sarrià, oriundos de la villa de Sarrià, hoy barriada de Barcelona, se instalaron en el reino de Valencia tras la conquista, llegando a alcanzar un destacado puesto entre la clase dirigente nobiliaria de finales del siglo XIII y principios del XIV.
Bernat de Sarrià, hijo de Vidal de Sarrià, participó en la conquista de Sicilia con Pere III, permaneciendo al servicio del nuevo soberano Jaume.
Su primer cargo destacado fue el mando de una flota de veinte galeras armadas en Mesina, iniciando una carrera de armas tan brillante que le permitiría alcanzar la nobleza.
En la expansión mediterránea de la Corona de Aragón destacó Bernat de Sarrià por su energía y su capacidad por estar presente en los más diversos escenarios, uno de ellos fue Sicilia.
Otro campo de operaciones en el que destacó fue la península Ibérica. El almirante mandaba la flota de naves catalanas y valencianas y participó personalmente en diversos episodios bélicos.
Los monarcas premiaron a Bernat de Sarrià con toda clase de títulos políticos y militares, a la vez que constituir un importante patrimonio en tierras valencianas.
Casó con Isabel de Cabrera, hija del vizconde de Cabrera, una de las principales familias nobiliarias de Cataluña, como no tuvieron hijos. Sarriá decidió hacer donación de sus bienes, en 1321, al infante Pere conde de Ribagorza.
El 31 de diciembre de 1335 murió Bernat de Sarrià cerrando una brillante trayectoria iniciada por su padre cien años atrás.
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