Siento no poder escribir con la frecuencia habitual pero el proyecto que tengo entre manos me absorbe de tal manera que mi jornada laboral es interminable, empieza a las 7´30 y hay días que a las 24 h no he acabado y ya no tengo la energía suficiente para empezar a escribir.
Si los días tuvieran más horas podría escribir pero el tiempo pasa rapidísimo, se esfuma sin que nos demos cuenta.
Los días se suceden a una velocidad que no se puede hacer todo lo previsto.
Hoy me permito estas líneas porque he conseguido acabar antes. ¡Qué lujo!
A pesar de todo, prefiero tener trabajo a estar ociosa. Cuando me encuentro agotada, pienso en la cantidad de gente que no tiene trabajo y esto me da ánimos para seguir.
No puedo desfallecer. Ya tendré tiempo de descansar cuando sea vieja.
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